Entramos al Sótano pasadas las diez de la noche, previo cargar todos los instrumentos desde la sala que armamos en el quincho de la casa de Enzo, para preparar los recitales de este verano comodorense.
Probamos sonido muy efectivamente. Todo está aceitado acá, funcionando al mando de Gonzalo Bas y su comando a distancia. Estamos cómodos y conformes. Limpiamos el escenario y damos paso a los muchachos de Tres Extraños que arrancan el show de esta noche.
Faltan algunos minutos para las doce, estamos terminando de ordenar detalles finales, listas, invitados y esas cosas. Mauro y Connie están en la puerta con las entradas. Un rato después llega Ema con la feria de discos de Unification Distro y se instala como siempre sobre el primer pool de la esquina.
La música comienza apenas pasadas las dos de la mañana. Tres Extraños brinda un show muy compacto y ensayado, los escuchamos con Enzo desde el camarín detrás del escenario.
Llega nuestro turno. Cerrado el telón, ordenamos nuestros instrumentos y largamos: 1. Cantar en las noches, 2. Diente de Lobo, 3. Nube Carnívora, 4. Antes de que te distraigas, 5. El mundo no es tuyo, 6. Lunas al amanecer, 7. No me mires más, 8. Vidrio, 9. Dale (Payasos & Maniáticos), 10. Detrás de lo simple de ver, 11. Trueno, 12. Ser diamante.
Arriba del escenario somos: Pablo Schneider (Batería), Darío Almonacid (Bajo), Enzo Antoniazzi (Guitarra) y yo (Guitarra y voz).
Cierran los pibes de Stratocaster Blues, unos talentosos tremendos.
Agradecemos especialmente a Budah, Ripa y Migue por prestarnos los equipos e instrumentos que faltaban para poder ensayar y tocar. A Nico Naffarate, Connie y Mauro por ayudarnos a organizar, transportar y llevar adelante la movida.
Deben ser las 5:30, supongo. Juntamos todo y nos vamos.
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